Larissa Latynina primera gran gimnasta.
Larissa Latynina, desde que abandonó la competición, en 1964, cuando tenía 32 años, fue entrenadora de la selección nacional durante 10, cuatro años más miembro del comité de organización preolímpico y actualmente forma parte del comité técnico nacional, como seleccionadora de la Unión Soviética.El sábado pasado, en la competición amistosa del Palacio de los Deportes de Madrid entre la selección de Moscú y la de Madrid, Larissa Latynina fue una de las jueces de la actuación femenina. Con un aspecto muy juvenil, declaró refiere) de las rentas de la gimnasia".
Latynina fue una de las últimas mujeres que han tomado parte en la alta competición. Cuando ella actuaba, las gimnastas lo eran todavía. Al menos, pese a su juventud, tenían cuerpos de mujeres. Pocos años después, las competiciones se llenaron de niños encargados de sustituir a los adultos hasta el punto de anularlos. A su juicio, este cambio en los protagonistas de la gimnasia se debe a la evolución técnica que. ha experimentado este deporte. "Las mentado este deporte. "Las modernas técnicas permiten estudiar a los niños y hacer que venzan dificultades que antes sólo podían vencer los adultos. El resultado ha sido que las mujeres, al ver que las niñas de 10 años podían hacer lo mismo que ellas, se han visto acomplejadas y obligadas moralmente a retirarse de la competición".
Lo Irrealizable, real
La múltiple campeona olímpica piensa que la gimnasia se ha poblado en poco tiempo de nuevas y numerosas dificultades en lo que a la acrobacia se refiere. Nuevos saltos, nuevos mortales, nuevas formas de realizar los ejercicios que son pensados de antemano para que los niños sean quienes los superen.Los niños tienen menos estatura y, por tanto, más equilibrio y menos peso. Con-un buen trabajo de entrenamiento, lo que puede parecer irrealizable se hace real. "Esto tiene una parte positiva y otra negativa. Positiva, porque al tener que vencer mayor número de dificultades aumenta la capacidad orgánica para realizarlos. El cuerpo se ajusta al riesgo y adquiere un nivel, de competición más alto. Pero lo negativo es que se empieza desde tan pequeños y el trabajo de preparación es tan fuerte y prematuro, que las niñas pierden su femineidad y permanecen mucho tiempo siendo maduras mentalmente y niñas fisicamente. La prueba está en que su primera menstruación les viene siempre muy retrasada".
En cualquier caso, Latynina cree que es labor de la federaciones estimular a los niños para que duren más como deportistas, para que no se retiren cuando cumplen 18 o 20 años. "Eso sólo se consigue no explotándolas prematuramente como deportistas, no rindiéndoles con entrenamientos exagerados, sino proponiéndose el objetivo de alargar su vida deportiva mediante la dosificación de los esfuerzos de los gimnastas".
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